Gregoria Pérez de Denis, más conocido por El Nochero, un pueblo bien al norte de la provincia de Santa Fe en donde viven tres mil almas las cuales conviven a diario entre un monte arrasado y un apacible silencio que los protege de toda contaminación sonora y lumínica. Esa gente nos recibió con los brazos más que abiertos, la mañana del 9 de julio tocamos suelo Nocherense con un calor poco usual para la época del año, eran las diez de la mañana y después de un largo viaje por fin pudimos comprobar con nuestros ojos lo que en boca de uno de los integrantes de Mulas de Nadie nos venia contado desde que empezamos a soñar con el proyecto. Una familia entera nos estaba esperando; cuando el colectivo se estaciono en la calle de tierra, una de las tantas que hay en el pueblo; (hace no mas de cinco años que se asfalto el camino que separa la ruta con la entrada al pueblo hecho que alivio a los pobladores que hasta entonces quedaban presos ante la minima lluvia) , fue la misma que nos albergo en una casa maravillosa llena de plantas y flores cosa que no es un detalle menor ya que por esos lados el agua es un bien más que preciado, la dueña nos dijo que las cuida a las plantas mas que cualquier otra cosa y los helechos que cuelgan hasta el piso dan fe de esa confesión. La Radio Nuestra primera parada fue la radio local donde estaba programada un entrevista, salimos caminado, las vía del tren eran un referente para nosotros gente nueva en el lugar la cual podía perderse ya que Gastón no recordaba con detalles su pueblo natal. La entrevista en la radio sirvió entre otras cosa para entéranos que el nombre de Nochero deviene de que en otros tiempos en donde los autos no existían la gente de ahí usaba un caballo que siempre estaba amarrado a la vía del tren para cualquier urgencia, que como suele suceder ocurren de noche, entonces en el animal que con el apodo da de llamar así al pueblo era el encargado de transportar a cualquiera que lo necesitara, nos contaron eso y que en la década 90’ se fue muriendo la localidad; el tren dejo de pasar y todo lo que traía se perdió , bienestar , progreso y gente. El operador y dueño de la emisora nos dice con pesar que todo llega hasta Tostado un ciudad que queda a unos kilómetros de allí y para arriba de la provincia hay que arreglase como se puede ,así también nos dice la dueña de casa “si tenes un urgencia medica acá no hay salita permanente el medico viene una vez por semana sino hay que ir a Villa Minetti que queda cincuenta kilómetros y el colectivo sale 60 pesos” El viaje había sido cansador así que no escapamos de los encantos de una siesta muy tentadora en esa paz, no sin antes regalarle a los dueños de casa algunas canciones y payadas que hicieron de la sobre mesa un delicia. Hubo compañeros que no cayeron rendidos ante la modorra y fueron los encargados de despertarnos de forma poco amable entre gritos y bombo la gran comitiva volvió al mundo. El Cuadrado Para hacer el segundo recorrido esta vez visitaríamos el cuadrado, (paraje entre Santiago del Esteró, Chaco y Santa Fe) y en el camino vimos monte y plantaciones de algodón y una escuela en la que el aire libre y la naturaleza dan lo mejor se si. El contexto parece de lo más favorable para el estudio, pero al parecer los que gobiernan la provincia no entienden que la educación sea un inversión entonces están pensando en cerrarla, claro los chicos que acuden son pocos y eso genera un gasto para ellos innecesarios. Fiesta del Ternero Temprano desayuno y viaje hasta Villa Minetti, la fiesta provincial del ternero esperaba la actuación de Mulas de Nadie. Una multitud de personas desde la mañana estaban disfrutando de su fiesta anual, jineteada, juegos, puestos de artesanos, comida y música. Esta fiesta llena de orgullo a los ciudadanos de Minetti y no tienen más que elogios cuando cuentan que la celebración atrae a muchísima gente en donde el espíritu de la fiesta se lo llevan los animales. Tocaron tres banda una de ella seria Mulas de Nadie, las otra unos chicos de Santa Fe capital los cuales copiaron el nombre para la banda de la laguna Setúbal y la otro unos pibes de Arrecife provincia de Buenos Aires. La gente que se acerco a la carpa a comer disfruto de muy buena música y hasta bailo. Era imposible no tentarse con los puestos que ofrecían no solo muy buena comida sino ropa y artesanía. La fiesta es tan conocida que atrajo hasta un grupo de nigerianos los cuales vendían alhajas, venidos desde Buenos Aires se trasladaron para estar presenten en la famosa fiesta. Mientras uno recorría el predio se sentía acompañado por la voz del parlante que iba relatando lo que pasaba en la jineteada, se escuchaban mil voces cada una atendiendo a su demanda y satisfaciendo su gusto, los más chicos se mezclaban y corrían entres los grandes haciendo tambalear a mas de un desprevenido. Los contrastes eran múltiples edades, sexos, colores pero todos y cada uno encontraban algo en que perderse. A la comida habría que dedicarle un capitulo aparte, desde tortas asadas hasta carnes cociéndose a la estaca permitían experimentar el verdadero sabor de lo nuestro que inevitablemente nos remota a todos aquellos que tuvimos o tenemos alguna relación con el campo, ese campo trabajado con las manos de nuestros abuelos los cuales con mate en mano como en la fiesta dedicaban un día a la carneada de los animales que irían a alimentar a las grandes familia que poblaron esta tierras. La comida cobra aquí no solo el valor alimenticio sino que alimenta el recuerdo y regocija el alma. Chamamé Nochero Cayendo la tardecita volvimos a Nochero, la jornada laboral aun no había concluido. Nos esperaba Patino un acordeonista de Nochero, que junto a sus compañeros nos ofrecen canciones, bebidas y su casa. El dice que aprendió a tocar de oído y yo me maravillo, como amante de la música nunca pude comprender lo de los acorde así que sentí mas que admiración por el. Un tipo que con orgullo canta la canción que le escribió a Nochero y que siente que la diversidad de la provincia recae en el modo de vivir, allá dispuestos siempre abrir las puertas y por acá a desconfiar y el mejor ejemplo fue que en pueblo esa noche se celebraba un cumpleaños al cual fuimos invitado por Patino. Después de la cena decidimos no fallar a la invitación y nos aparecemos allí en donde se festejaba el cumpleaños, bailamos, comimos tortas y hasta souvenir ligamos. Nunca sentimos que éramos sapos de otro pozo, al contrario, siempre se nos trato de mil maravilla a pesar de haber invadido el cumpleños numero 50 de Esther con cámaras y preguntas acorde a nuestra ignorancia sobre el festejo. La vuelta Ultimo día; nos despedimos con muchísimos agradecimientos hacia los dueños de casa que nos dieron mas de lo que necesitábamos. Se enciende el motor del colectivo, todos arriba, seguramente estaremos todo el viajes recordando lo bien que nos recibieron y lo increíble de la gente, gente que a diferencia de los de acá (el sur) tienen memos pero siempre dan mas. Nochero no va a ser seguramente un lugar mas para el proyecto, aunque gente buena hasta ahora nos encontramos un montón, y en todos los lugares pero allí hay algo particular, esa forma de mirar al mundo muy difícil de explicar con palabras, es algo que va mas allá y que los conecta con lo simple, esas palabras simples que por acá se empeñan por borrar haciendo grandes discursos, pero que a la hora de actuar a los primeros que van a olvidar serán aquellos que mas lejos están. | |
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